Rosa Elena Cunalata, que recibe atención en el Centro de Atención Integral del Adulto Mayor del MIES en la localidad de Guano, celebró el pasado 12 de diciembre 100 años de vida.

“Vivir para contarlo” es una frase que bien podría ser pronunciada por Rosa Elena Cunalata, que el pasado 12 de diciembre cumplió 100 años de vida. Doña Rosita festejó su centenario en el Centro de Atención Integral del Adulto Mayor (CAIAM) del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) en la localidad de Guano, provincia de Chimborazo.

Ese día, Rosita fue recibida por todos los adultos mayores que reciben atención en el centro. Entró al salón principal sentada en su silla de ruedas y aunque casi no puede hablar su rostro dibujo una sonrisa, seguramente agradeciendo el festejo preparado por sus compañeras y compañeros del CAIAM. “No todos los días se cumplen 100 años, ni todos alcanzamos esa edad, ella no casi no habla y cuando lo hace hay que ponerle mucha atención para poder entender lo que dice”, comentó Nancy Brito, trabajadora social del centro.

Gracias a las políticas públicas impulsadas por el Gobierno Nacional en favor de las personas adultas mayores, podemos contar con centros de atención como el de Guano, donde este grupo poblacional recibe atención y servicio, esto les permite tener una vejez activa, mencionó Carlos Cando, director distrital del MIES Distrito Chimborazo.

El CAIAM de Guano es uno de los modelos de gestión que emprende el Gobierno de la Revolución Ciudadana a través del MIES. Los adultos mayores reconocen que con el gobierno actual si son tomados en cuenta y mencionan que “si no fuera por el Presidente Correa no tendríamos esto”.

Otros centros que son apoyados por el MIES también tienen personas centenarias. En el centro Virgen del Carmen, ubicado en la localidad de Chambo, hace pocas semanas celebraron el cumpleaños 100 de Segundo Floresmilo Romero Arias y los 102 años de edad de Luz Mercedes Cargua Guisnan.

El MIES apoya a estos centros con alimentación y profesionales capacitados. Los adultos mayores que se encuentran en situación de vulnerabilidad, pobreza o extrema pobreza reciben del Estado una pensión jubilar de 50 dólares mensuales.