Más de 1000 personas se movilizaron por los derechos de la niñez y adolescencia en Pichincha, Napo y Orellana

Con el objetivo de enfrentar uno de los azotes más graves que sigue asolando a la sociedad ecuatoriana, en especial a las niñas, niños, adolescentes y a las mujeres, como son las violencias: física, sicológica, sexual, laboral, patrimonial, el Ministerio de Inclusión Económica y Social motivó a la movilización de 1100 personas de las provincias de Pichincha, Napo y Orellana, quienes realizaron una toma simbólica de lugares emblemáticos en cada sector, exigiendo la desnaturalización de la violencia en nuestro país.
En cada provincia se realizaron actividades lúdicas y artísticas que acompañaron las consignas de la ciudadanía, autoridades de distintas carteras de Estado, autoridades provinciales, municipales y parroquiales, familias de los usuarios de los servicios MIES por el compromiso y el respeto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Mónica Guevara, coordinadora MIES Zona 2, señaló la importancia de difundir el mensaje de que la violencia contra los niños, niñas y adolescentes puede prevenirse: “La violencia es tan frecuente que muchas personas no comprenden que constituye un abuso, la toleran e incluso la justifican. Con la campaña “Ni una y ni un guagua menos” se profundizará la conciencia y compromiso de toda la sociedad con la garantía de los derechos para la niñez y adolescencia”.
En cada una de las tomas de espacios públicos se hizo la entrega de guaguas simbólicas a padrinos y madrinas locales de los derechos de la niñez para sellar su compromiso de trabajo, “Es primordial para los actores políticos y sociales de todas las provincias unirnos a esta campaña porque es momento de decir basta al maltrato, basta a la naturalización de la violencia contra los más pequeños”, enfatizó Giovanna Velázquez, presidenta de Acción Social Mejía del Municipio de Mejía.
Pedro Carbo, padre de familia del servicio de desarrollo infantil integral en Tena, resaltó la importancia del buen trato y cuidado. “Lo que nosotros demos a los niños y niñas ahora será lo que los niños y niñas entreguen a la sociedad mañana”. Mientras que Gabriela Zambrano, madre de familia de Orellana, puntualizó que debemos educar a los niños y niñas para que sean seguros de sí mismos y por lo tanto felices. “Es mejor formar niños y niñas felices que reparar adultos rotos”, sostuvo.